Lucy López, de 93 años, mira el televisor desde su casa. Mira el vóleibol masculino mientras comparte sticker desde su celular. Hoy tiene turno como voluntaria. Le toca llegar a las 17.00 al coliseo central del Parque Estadio Nacional, donde tiene una labor especial: recibir a los deportistas que ya participaron o están esperando su horario para competir.
La señora Lucy es un símbolo del deporte. La primera medallista en la historia de Chile en los primeros Juegos Panamericanos, en Buenos Aires 1951. Dirigenta deportiva. Torneo atlético con su nombre y apellido. La voluntaria de mayor edad en Santiago 2023. Responsable, junto a Nicolás Massú y Fernando González, de encender el pebetero en la ceremonia de inauguración del 20 de octubre.
- ¿Cómo lo ha pasado, señora Lucy? ¿Qué le han parecido los Juegos?
- ¡Muy bien! Lo encuentro maravilloso. Es tan diferente estar en la pista que verlo como espectador.
- ¿Qué le ha sorprendido?
- Que exista el VAR en el atletismo. Antes tuve un puesto en temas reglamentarios, donde definíamos alguna partida en falso, los errores de los deportistas… Y ahora esto, nunca lo había visto.
- ¿De qué trata su misión como voluntaria?
- Estoy en el sector de los atletas, que no compiten o lo van a hacer. Estoy cerca de la zona de los fotógrafos, bajo marquesina. La marquesina antes era más grande… Soy voluntaria de Servicios a la Familia Panamericana.
- ¿Ha visto a los famosos?
- A varios. El otro día Harold (Mayne-Nicholls, director ejecutivo de los Juegos) me presentó a Don Francisco. Muy dije.
- ¿Y cómo lo hizo con la lluvia, el frío, los relámpagos de ayer…?
- Imagínate, se cortó la luz en mi edificio. Vivo en un piso 14 y el ascensor dejó de funcionar. Lo más terrible es que no pude ver los deportes en mi TV. Al menos los vi en mi celular.
- Pero hoy sí o sí…
- Sí, a las 17.00. Ahí nos vemos.
- Oiga, ¿y qué le parecieron las victorias de Lucas Nervi, Santiago Ford y Martina Weil?
- Ay, lo de Ford me emocionó. Qué hombre más entregado, tan flaquito que es. Tiene pruebas más débiles, pero es increíble cuando del corazón sale todo. Martina salió decidida desde el primer paso. Ella tiene el apoyo de sus padres y eso se nota. Tan necesario que es eso.
- Imagino que le emocionó de forma especial la plata del relevo 4x100, considerando que usted logró también esa medalla en Buenos Aires 1951…
Me refrescó la memoria. Imagínate que éramos tan unidas. Para el ’51 estuvimos en un hogar de paso, que creó Eva Perón para madres solteras. Cuando llegamos a este lugar cada una tenía una cunita de guagua, imagínate. Las tapamos para que los hombres no nos tiraran bromas. Tantos recuerdos…
- Termina el turno y tiene que irse… ¿Cómo lo está haciendo para retornar a su hogar?
- Mi hija me lleva. El otro día ella fue a buscar el auto porque estaba lejos y me instalé cerca de la salida hacia Pedro de Valdivia. Ahí, como ando vesitda de celeste de los Juegos, la gente se me acercaba para preguntarme dónde estaba el polideportivo, la gimnasia, la esgrima. Yo, feliz.
- Algo conoce ud…
- Imagínate, viví acá desde los cinco años.
Por: Eduardo Urtubia
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